Acerca de Esterlina
Esterlina era mi abuela, y de ella era el taller de corte y confección donde desde niña, se despertó mi curiosidad e interés por este mundo. Observaba cómo un trozo de tela se transformaba en una prenda con tal rapidez, y pensaba como todas las prendas que usaba habían pasado por eso, me parecía increíble.
Ese taller luego pasó a ser de mis padres, quienes lo transformaron y adaptaron. Y un día, con muchas ganas, fui yo quien se sentó en una máquina a aprender a usarla.
Le saqué todo el jugo que pude a youtube y tuve mis primeras referentes que me enseñaron a hacer mis primeras prendas, accesorios y más a través de la pantalla. Las hice para mí, para mis familiares, para mis amigas. Probé, estudié, me equivoqué, me emocioné, me frustré, emprendí, y sobre todo aprendí mucho, más de lo que esperaba, y no solo sobre costura. ;)
Otras oportunidades me fueron alejando de ese taller, y estuve mucho tiempo lejos de las telas, agujas, máquinas e hilos. Pero sabía que iba a volver, porque cuando hay algo que te gusta tanto, la vida te vuelve a poner en ese lugar. Hoy vuelvo a elegir algo que me encanta, con la motivación de no dejarlo ir más, porque la vida es muy corta para eso, ¿no?
Además, esta vez se suma el bordado industrial, algo tan cálido y a la vez sofisticado, que hace bastante tiempo vengo aprendiendo junto a mis padres.
Un mundo nuevo que le da el toque que necesitaba para decidirme, un mix perfecto entre el trabajo a mano y la tecnología, porque un bordado industrial empieza en una computadora y termina en un producto textil.
Mi abuela ya no está físicamente, y yo ya no soy la niña que curioseaba un taller de lejos, pero uno siempre vuelve a lo que le llena el alma y esta vez no lo hago sola, tengo muchas personas alrededor que me acompañan en este camino con mucho amor.
Gracias por acompañarme a vos también qué estás leyendo, espero que te guste lo que hago tanto como me gusta a mi hacerlo. :)
Lucía
